El blush o colorete es uno de los grandes imprescindibles de todo buen maquillaje, pero ¿sabemos todo lo que hay que saber de este gran aliado? Nosotras te lo contamos.
UN POCO DE HISTORIA
El colorete nació durante el siglo I D.C. Se creó en Egipto y durante los primeros siglos después de Cristo se extendio a los Imperios Griego y Romano. En aquel entonces las mujeres usaban distintos maquillajes hechos de elementos naturales. Por esas épocas, las pieles se lucían blancas, pero con tonos rosados y rojizos en las mejillas. El carmín era el favorito.
Para el Siglo XIII, el rojo se había suavizado y, en cambio, el rosa era la mejor manera de lucir las mejillas. Este tono significaba bienestar económico, por eso solo las mujeres ricas de la época podían llevarlo. Años más tarde, en Francia, el rosado se volvió rojo intenso, similar al que habían usado los griegos y romanos.
En 1800 en Inglaterra el blush o colorete era utilizado única y exclusivamente por las meretrices, las señoritas respetables y de clase alta solo se peñizcaban las mejillas para lucir ligeramente arreboladas.
Cerca del 1900, maquillarse los pómulos ya era una moda, y aquellas mujeres que no podían acceder a los costosos productos de maquillaje que recién se empezaban a comercializar, se las ingeniaban para lograr unas mejillas rosadas pellizcándose o colocando jugo de remolacha en esa zona. Esto se hacía en secreto, porque la intención, como lo siguen siendo hoy en día, era que se viera natural.
Así fue como, para 1920, el colorete o blush estaba instalado como parte de los hábitos de maquillaje. Primero se usaron los tonos rosados, y la técnica consistía en hacer círculos en las mejillas. Luego, en 1950, se popularizaron los colores tierra, que lograban darle un marco intenso a la cara. Más tarde, se cambiaría todo el maquillaje; para 1980 la tendencias eran completamente opuestas: tonos suaves o naturales o tonos tierra muy marcados.
TIPOS DE BLUSH
Hoy en día, además de una gran variedad de colores, encontramos los blush o coloretes con distintas texturas. Te contamos las diferencias que hay entre ellas para que escojas la adecuada.
Si te interesan los blush y los productos de maquillaje ECO, recuerda que en nuestra tienda puedes encontrar este tipo de productos.
POLVO
Los polvos, además de ser más duraderos, son recomendados especialmente para aquellas pieles grasas. Para aplicarlo, usa una brocha biselada de mango largo para poder manejarla de manera correcta o bien una borla.
CREMA
Las cremas o mouse son livianas y húmedas, especiales para pieles secas y épocas de calor. Además, si tienes más de 40 años, son ideales porque no queda ningún efecto polvoriento sobre las primeras señales de la edad que puedas tener. Para aplicar este tipo de colorete solo deposita un poco de producto sobre tu mejilla y difumina a ligeros toquecitos hasta conseguir un efecto homogéneo.
LÍQUIDO
Los blush en formato líquido son los más versátiles ya que se pueden usar tanto para las mejillas como para los labios (del mismo modo que un tinte para labios liquido se puede usar de blush). Su aplicación es idéntica a la de los coloretes en crema: deposita un poco de producto sobre tu mejilla y difumina a ligeros toquecitos hasta conseguir un efecto homogéneo.
Y si aún os quedan dudas sobre los blush, ¡aquí os dejamos un video de nuestro canal de youtube en el que os enseñamos todas estas texturas y os enseñamos a aplicarlas!
¿Y tu que texturas de blush has probado?, ¿Cuál es tu textura favorita?, ¿te animarías a probar nuevas texturas? ¡Recuerda comentar este post si aún te ha quedado alguna duda!