Hace unos meses el fotografo Yasuto se hizo viral con su serie de fotografías en las que retrataba a su abuela con su perrito shiba inu. Hoy os contamos por que hemos vuelto a admirarlas.

Hoy os vamos hablar, como os comentábamos de la serie que el fotografo Yasuto hizo sobre su abuela y el perro de esta.

Puede que leáis este post recién salido del horno o puede que lo leas dentro de una temporada, cuando la situación en la que estamos en estos momentos de aislamiento social imperativo ya no sea necesaria.

Pero sin embargo, cuando el ritmo de vida “normal” se restaure y todos volvamos a la carrera o hemos aprovechado bien estos dias para volver a poner en relación lo que de verdad importa en nuestras vidas o vamos a volver a estar atrapados por la rueda de siempre de las prisas y los compromisos sociales que en realidad no queremos.

La idea de estos reportajes fotográficos en realidad es muy sencillo: la abuela y el perro pasean juntos. Comparten el paseo. ¿Cuanto hace que no paseas con el tuyo?

Ojo, no digo que no bajes a “sacar al perro”, que todos los que hemos tenido animales, o los tienen son conscientes de sus necesidades y les tratamos con cariño y respeto. Pero a lo que me refiero es que muchos hemos perdido un poco la noción de la belleza que hay detrás de ese simple momento de felicidad serena.

Seguro que hace más tiempo del que crees que no disfrutas de un paseo de esos. ¿Cuanto hace que no sacas unas fotos bonitas de tus seres queridos, como estas, para recordar siempre? Sin que sea un cumpleaños o una ocasión especial.

Hace más tiempo del que crees desde que te sentaste debajo de un árbol y te quedaste mirando las hojas y es algo que ahora nos pide nuestro cuerpo. De repente echamos de menos algo que quizás ni siquiera hayamos hecho nunca.

Ahora mismo quizás las fotos del fotógrafo Yasuko nos tocan nuestro corazoncito mucho más. Nosotras sabemos que todo esto pasará, como siempre ha pasado todo tarde o temprano pero nos damos cuenta que ahora mismo las imágenes nos llegan aún mas porque en ellas vemos todo lo que en estos momento tenemos en suspenso, porque ahora mismo no podemos pasear con los abuelos o salir al campo a ver las flores.

El fotógrafo explica en su propia cuenta que el motivo del proyecto es que se dio cuenta de que no había fotografiado a su abuelo antes de que este falleciera, asi que decidió hacerlo con su abuela ahora que todavía podía disfrutar de su compañía.

Las fotografías son una evidencia de la mirada llena de amor con la que ve a su abuela.

Son escenas cotidianas y tranquilas en las que se ve a su abuela paseando con su shiba inu, la raza de perro más conocida de Japón. La mujer y el animal disfrutan de su compañía mutua en inverno, primavera, verano  y otoño.

Además la suma de esos dos protagonistas con la escenografía nos hace pensar sobre la importancia de la naturaleza en el carácter de los japoneses y la importancia de los momentos que va marcando a lo largo del año. Vamos a dar un repaso a alguna de sus imágenes.

LA BELLEZA DEL JAPÓN COTIDIANO

La imagen de las máquinas de coser en España han pasado por un período en el que eran prácticamente objetos de decoración.

Creo que no ando muy desencaminada si digo que hay un par de generaciones que en general, no tiene ni idea de coser. Pero ha surgido cierto movimiento en torno al recycle y al upcycle de moda en que se vuelve a experimentar las ganas de tejer, de coser y de arreglar piezas vintage.

¿No os encanta la paz que transmite esta foto? Con un ayudante asi yo también me animaría a dar unas puntadas.

 

LA MIRADA DEL FOTOGRAFO YASUTO: EL ARCE ROJO

Ademas de ser visualmente perfecta esta foto me encanta porque nos enseña uno de los símbolos de la naturaleza de Japón.

El momiji, o arce rojo japonés puede vivir más de 100 años y es un símbolo de paz y estabilidad. Es un símbolo de paz porque crece en un entorno en el que hay sol y un poco de sobra, con temperaturas suaves y con una tierra fértil. Donde el ambiente es agradable y la naturaleza vive en calma, el momiji puede desarrollarse.

Durante el período Edo (1603-1868), maestros de ukiyo-e como Katsushika Hokusai y Ando Hiroshige hicieron una serie de dibujos que representan el campo japonés durante el otoño. Muchas de estas imágenes son impresionantes y tienen significados más alla de la simple representación de los paisajes.

Algunas de ellas están inspiradas en poemas tradicionales con un profundo significado y en algunas las hojas de arce que flotan en un río representan a los humanos “yendo con la corriente” o las hojas atrapadas en una zanja pueden representar a las personas atrapadas en la vida.

LA MIRADA DEL FOTOGRAFO YASUTO: SAKURA

Otra de mis favoritas es esta de la abuela y el perro bajo el árbol de cerezo en flor.

Además de ser bonito porque lo cerezos cargados de pétalos de color blanco y rosa pálido son una maravilla me gusta aún más viéndolo desde el punto de vista japonés sobre el sakura.

Los cerezos florecen, llaman muchísimo la atención y luego sólo duran un par de semanas como máximo antes de que todas las flores caigan al suelo y se marchiten. Es una celebración de la belleza sin olvidar que todo en la vida es efímero.

Nos anima a celebrar la vida, la primavera y a hacerlo de una manera intensa porque todo lo que hay en la naturaleza tiene inicio y fin. Podremos volver a disfrutar del sakura el año que viene, pero no hay mejor momento para disfrutarlo que el  momento presente en que estamos frente a esa falsa nieve de flores.

LA MIRADA DEL FOTOGRAFO YASUTO: JAPÓN Y LOS ANIMALES DE COMPAÑIA

 

Japón es un país que ama los animales de compañía. Hay que tener en cuenta que existen dos “Japón” muy diferentes y diferenciables.

Por un lado está el Japón de las grandes urbes como Tokio y por otro el rural o de pequeñas ciudades (con más presencia en la vida diaria del país de lo que pensamos desde fuera) donde los espacios son abiertos y las familias disponen de viviendas con buen acceso al aire libre y al campo.

En las ciudades principales el espacio escasea en los pisos y el acceso a zonas verdes en las que pasear a los animales es más limitado y aun asi si nos fijamos paseando por las calles vemos clínicas veterinarias y tiendas de animales constantemente.

El año pasado cuando casi estaba terminando mi viaje por Japón pasé un día en Narita. Es una ciudad que nos suena principalmente por el aeropuerto pero es un sitio tranquilo, no demasiado pequeño (130.000 habitantes y un templo antiguo muy bonito). Hay muchas casas con un jardincillo delante y en casi todas por las que pasaba había un perro pequeñito asomando por la verja.

A veces se tiene la imagen desde fuera de ese Japón moderno masificado e impersonal en el que los animales de compañia tienen poca cabida, pero la realidad no tiene nada que ver con esa idea.

Los animales domésticos en este país son apreciados y muy queridos, y desde principios de los años 2000 se calcula que incluso hay más animales de compañía que niños en las casas japonesas.

 

Ahora vuelve a mirar las fotografías y piensa en cómo, donde y con quien vas a hacer unas en cuanto puedas.